COMIENZOS PROMETEDORES (LXXI)
98. Retorno de las estrellas, Stanislaw Lem
No llevaba nada, ni siquiera un abrigo. Dijeron que no era necesario. Me permitieron conservar el jersey negro, menos mal. Y logré quedarme con la camisa; pensaba que me costaría un poco acostumbrarme a prescindir de ella. En el mismo pasillo, bajo el casco de la nave, donde nos agolpábamos, Abs me alargó la mano con una sonrisa de complicidad.
–Ten cuidado...
(trad. Pilar Giralt y Jadwiga Maurizio)
Comentarios
Publicar un comentario
Comenta y participa