GALAXIA CERVANTINA: LA CURIOSA HISTORIA DE FELICIANA DE LA VOZ (EL PERSILES, III, 2-5)

—En mí, en mí debéis, señores, tomar la enmienda del pecado de Feliciana, vuestra hija, si es tan grande que merezca el casarse una doncella contra la voluntad de sus padres. Feliciana es mi esposa, y yo soy Rosanio, como veis, no de tan poca calidad que no merezca que me deis por concierto lo que yo supe escoger por industria. Noble soy, de cuya nobleza os podré presentar por testigos; riquezas tengo que la sustentan y no será bien, que lo que he ganado por ventura, me lo quite Luis Antonio por vuestro gusto. 

Mientras Rosario esto decía, Feliciana estaba pegada con él, teniéndole asido por la pretina con la mano, toda temblando, toda temerosa, y toda triste y toda hermosa juntamente; pero, antes que su padre y hermano respondiesen palabra, don Francisco Pizarro se abrazó con su padre, y don Juan de Orellana con su hermano, que eran sus grandes amigos. 

 



Comentarios