OLIVER (I)



Entre los edificios públicos de cierta ciudad, cuyo nombre por prudencia me abstendré de mencionar, existe uno antiguamente común a la mayor parte de las ciudades, grandes o pequeñas: el hospicio. En el hospicio nació, en un día y en una fecha que no revelaré, por la simple razón de que carece de importancia para el lector, el dichoso o desgraciado mortal cuyo nombre figura en el primer capítulo de la veraz historia que nos disponemos a contar. 

                OLIVER TWIST, CHARLES DICKENS

Comentarios