LA MUERTE DE ANTEO

 

LA MUERTE DE ANTEO

Anteo, hijo de Poseidón y de Gea, era un temible gigante norteafricano que desafiaba a todos los viajeros que se acercaban a sus dominios, para matarlos luego sin piedad. Además, cabe añadir una nota macabra a su historia: utilizaba los huesos de sus víctimas para adornar el templo de su padre.


Heracles luchando con Anteo, Francisco de Zurbarán, 1634. Museo del Prado


Heracles, que iba en busca de las manzanas de las Hespérides —en el undécimo de sus doce célebres trabajos— se encontró con Anteo. Ambos tuvieron una fiera lucha. Heracles llegó a derribarlo en tres ocasiones, pero cada vez que caía, el gigante recobraba milagrosamente sus fuerzas. Parecía a simple vista un ser invencible; pero Heracles, en otra demostración de astucia e ingenio, se percató de que el gigante solo recuperaba su vitalidad cuando estaba en contacto con la tierra, porque recibía la energía de su madre, Gea. Como podemos apreciar en el cuadro de Francisco de Zurbarán, Heracles logra estrangular a Anteo levantándolo en el aire.

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