FONTE FRÍA (1)

Romance de Fonte frida

 

Fonte frida, Fonte frida,                 

Fonte frida y con amor,                 

do todas las avecicas                     

van tomar consolación,                

sino es la tortolica           5           

que está viuda y con dolor.                        

Por allí fuera a pasar                     

el traidor del ruiseñor,                  

las palabras que le dice                

llenas son de traición:    10        

—Si tú quisieses, señora,               

yo sería tu servidor.                       

—Vete de ahí, enemigo,                 

malo, falso, engañador,                

que ni poso en ramo verde,        15        

ni en prado que tenga flor,                         

que si el agua hallo clara,                            

turbia la bebía yo;                          

que no quiero haber marido,                    

porque hijos no haya, no;            20        

no quiero placer con ellos,                         

ni menos consolación.                  

¡Déjame, triste enemigo,                            

malo, falso, mal traidor,               

que no quiero ser tu amiga          25        

ni casar contigo, no! 







Este romance parece ajustarse al esquema arquetípico de la pastorela (composición que refiere el encuentro entre un caballero y una pastora). Destaca entre otros muchos romances novelescos por su extraordinaria riqueza simbólica, al integrar con brillantez elementos propios de la lírica tradicional y clerical, como se verá a continuación, en un ambiente primaveral, que nos remite a ciertos rituales y usos amatorios vinculados al mes de mayo.

Para comprender cabalmente el texto, es fundamental recordar que la tórtola viuda (ave monógama) simboliza la castidad y la estricta lealtad amorosa. Para no mancillar la memoria de su amado, esta debe renunciar a cualquier actividad de carácter erótico o a un nuevo vínculo matrimonial. Por ello, habrá que notar que el poema constituye una exaltación del ideal de fidelidad. 

Posible canción coral y de danza según Eugenio Asensio, en este romance, que sigue el esquema de una pastorela, se conjugan tres elementos: la Fonte frida popular de las fiestas de mayo, con sus baños mágicos, y el debate del donjuanesco ruiseñor con la tórtola que en el Physiologus del s. IV aparece ya como el símbolo de la monogamia y de la fidelidad perpetua al esposo difunto. Los detalles de que es «viuda y con dolor», que «no posa en rama verde» y que bebe el «agua turbia» se documentan desde el siglo XIII al XV en las tradiciones castellana, catalana e italiana (F. Rico). La defensa de la viuda ocupa la mitad de la composición, en contraste con la escueta mención a «todas las avecicas [que] van a tomar consolación» en la Fonte frida.
 
(Víctor García de la Concha, Breviarios de amor. 50 poemas inolvidables, Barcelona, Espasa, 2019, pp. 16-17.)

Encontramos en este romance formulaciones y un estilo muy castizamente tradicionales, que muestran que su vida oral debía de ser ya larga a comienzos del siglo XVI. En su contenido, incorpora motivos de origen clerical junto a otros comunes en la canción tradicional, y muy especialmente en la vinculada a ritos primaverales. No en vano Eugenio Asensio ha señalado que «ningún romance viejo ejemplifica (...) la confluencia de la cultura clerical y de la canción comunal con tan bella eficacia». Francisco Rico ha sugerido su posible nacimiento en la Italia de comienzos del siglo XV , de donde habría pasado al ámbito del castellano a través del catalán.


(Paloma Díaz-Mas, Romancero, Barcelona, Crítica, 1994, p. 311.)

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