EL EMILIO DE ROUSSEAU
FRAGMENTO (LIBRO I)
Todo es perfecto cuando sale de las manos del Creador, pero todo degenera en las manos
del hombre. Obliga a una tierra a que dé lo que debe producir otra, a que un árbol dé un
fruto distinto; mezcla y confunde los climas, los elementos y las estaciones, mutila su
perro, su caballo y su esclavo; lo turba y desfigura todo; ama la deformidad, lo
monstruoso; no quiere nada tal como ha salido de la naturaleza, ni al mismo hombre, a
quien doma a su capricho, como a los árboles de su jardín.
De otra forma, todo sería peor, ya que nuestra especie no quiere ser formada a medias.
En el estado en que están ahora las cosas, un hombre abandonado desde su nacimiento a sí
mismo sería el más desfigurado de los mortales; las prejuicios, la autoridad, la
necesidad, el ejemplo, todas las instituciones sociales, en las que estamos sumergidos,
apagarían en él su natural modo de ser y no pondrían nada en su lugar que lo sustituyese.
Sería como un arbolillo que el azar ha hecho nacer en medio de su camino y que los
transeúntes, sacudiéndolo en todas direcciones, lo matan.
Comentarios
Publicar un comentario
Comenta y participa