EL VIAJE DEFINITIVO


   
Juan Ramón Jiménez 

Juan Ramón Jiménez emprendió su viaje definitivo —al que tanto temía— un 29 de mayo de 1958, en San Juan (Puerto Rico), hundido en la soledad del exilio, muy lejos de la luz prodigiosa de su tierra natal. Había obtenido el Premio Nobel de Literatura en el año 1956. 
Sin duda, es uno de los autores más leídos y laureados de nuestra literatura.
Como nos sugiere en este hondo poema, nosotros nos iremos, pero quedará la belleza con su canción inagotable...


EL VIAJE DEFINITIVO

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros 
cantando.
Y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del domingo cerrado,
del coche de las cinco, de las siestas del baño,
en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu de hoy errará, nostáljico...
Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.


 «Corazón en el viento», en Poemas agrestes, 1910-1911.0

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